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Foto del escritorNatxo Armenter Usarraga

Las posibilidades educativas de los videojuegos

Cuando pensamos en videojuegos, lo primero que nos viene a la mente suele ser diversión, competición o entretenimiento. Pero, ¿y si te dijera que, más allá de eso, los videojuegos tienen un enorme potencial educativo? Aunque aún no están integrados de forma masiva en los entornos educativos, cada vez más estudios demuestran que pueden ser herramientas poderosas para aprender y desarrollar habilidades clave para el futuro.


¿Qué podemos aprender a través de los videojuegos?


La respuesta corta: mucho más de lo que parece. Los videojuegos permiten desarrollar un abanico de competencias, desde las conocidas soft skills hasta habilidades técnicas específicas. En juegos de estrategia como Civilization, los jugadores practican la planificación a largo plazo y la toma de decisiones bajo presión, habilidades esenciales en muchos entornos laborales. En simuladores como Kerbal Space Program, los jugadores no solo aprenden conceptos de física y exploración espacial, sino que también desarrollan el pensamiento lógico y la resolución de problemas de una forma inmersiva y práctica.


Las soft skills: ¿por qué son tan importantes?


Aunque aprender historia o física jugando puede sonar atractivo, los videojuegos destacan también por su capacidad para desarrollar habilidades sociales y emocionales, las llamadas soft skills. Estos son aspectos del aprendizaje que, a menudo, los métodos tradicionales no abordan de forma directa. Juegos como Portal 2 o Overcooked! 2 fomentan la colaboración, la empatía y el pensamiento crítico Según un estudio de MIT's Education Arcade, los videojuegos que requieren interacción y trabajo en equipo pueden mejorar las habilidades de liderazgo y comunicación de los jugadores en un 30%, lo que nos invita a reconsiderar su valor en entornos educativos más allá de lo académico.


Videojuegos en las aulas: una oportunidad aún desaprovechada


En cuanto a su presencia en el aula, los videojuegos han sido lentamente adoptados por algunos colegios y universidades, pero su potencial aún no ha sido plenamente aprovechado. Sin embargo, en las pocas experiencias que ya se están aplicando, los resultados son prometedores. Minecraft Education Edition, por ejemplo, se utiliza en muchas escuelas para enseñar desde matemáticas hasta historia, permitiendo a los estudiantes aprender a su propio ritmo y de forma interactiva.


Hacia un modelo educativo que integre los videojuegos


Aún queda mucho por hacer para que los videojuegos sean parte integral de nuestro sistema educativo, pero su potencial está claro. No se trata de sustituir los métodos tradicionales de enseñanza, sino de complementarlos, ofreciendo nuevas formas de aprender que resulten más atractivas para los estudiantes del siglo XXI. Integrar los videojuegos en el aula puede ayudar a despertar el interés de los estudiantes en materias que, de otro modo, podrían encontrar aburridas o desconectadas de su realidad.


El reto está en encontrar el equilibrio adecuado, y desde Good Game Generation creemos que los videojuegos pueden ser una herramienta clave para enseñar no solo contenidos, sino también habilidades que preparen a los jóvenes para el futuro.


Fuentes:

  1. MIT's Education Arcade – "Video Games in Education: Solving Problems Through Play", 2021


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